09 noviembre, 2006

"El bueno, el feo y el GUIONISTA"

Supongo que la mayoría de las personas que no son de la profesión y leen nuestras quejas se preguntarán qué habrá de cierto y qué habrá de simple excusa para justificar nuestros errores o nuestros fracasos. Alguno incluso no tiene el más mínimo empacho en pensar en lo segundo y decirlo abiertamente, y desde luego es facil de comprender. Desde fuera parece una profesión llena de glamour, creatividad y sobre todo diversión. Cuántas veces habremos oído eso de "¡Qué bien te lo tienes que pasar trabajando en ese programa tan divertido, con esos presentadores tan cachondos!". Y si bien es verdad que algunas veces uno se siente la persona más afortunada del mundo, otras muchas te sientes como Sísifo, condenado a empujar eternamente una roca cuesta arriba sólo para verla caer por su propio peso y volver a empezar de nuevo.

Así que para aquellos que se acercan a nuestras páginas, ven nuestras quejas y piensan que somos de esos que siempre culpan a otros -casi siempre a los jefes- de sus propios errores, les invito a que sigan leyendo.

Cierto es que hay malos guionistas, cierto es que a veces los buenos escriben cosas no tan buenas, cierto que a veces crees que lo que escribes es bueno y te equivocas, cierto que a veces crees que es malo y es malo, y así sucesivamente; pero también es cierto que si el producto final no es bueno (ojo, puede ser bueno y no funcionar) la responsabilidad es del responsable último (y por eso le pagan más que a nadie) y no del guionista, sea bueno, malo o mediopensionista. ¿Por qué? -me dirás poniendo tu pupila en mi pupila azul-, pues porque si yo dirijo una serie, un programa o lo que sea, he hecho un trabajo previo en el que he descartado lo malo y he dejado lo bueno (incluidos guionistas), es decir el producto final ha sido seguido y supervisado por mí, y yo he sido supervisado por el Productor Ejecutivo y éste por la Cadena, por lo tanto, cuando todo sale bien es por qué hay un buen equipo y si sale mal el director, productor o el responsable último se ha equivocado. Así me lo enseñaron a mí.

2 comentarios:

Bienvenida dijo...

Fantástico post, y fantásticamente explicado, oye, y me siento identificada al 100% con el mito de Sísifo. Creo que la estrategia para justificar los fracasos es imprescindible para nuestra supervivencia. En mi caso, para mi el fracaso es que todos los guiones desarrollados con productora que he escrito (son unos cuantos ya) no se hayan hecho o no tengan fecha. Si asumo ese hecho como un fracaso personal mío tengo dos opciones: cambiar de profesión o pegarme un tiro. Por eso intento pensar que tengo que seguir trabajando y haciéndolo lo mejor que sepa hasta que algo me salga bien ¡¡y entonces asumiré ese éxito como mío!! (ja, ja, ja)

Galahan dijo...

Muy bien expresado, hale!
Lo que pasa es que yo no acabo de saber qué va a acabar bien o qué mal, muchas veces, cuando estoy en medio del proceso. Si que es verdad que lo noto, pero no me doy cuenta. Lo que sí se da cuenta son mis ganas de trabajar en él. Si se enmierda, la pereza es terrible!

Y sí, la frasecita de "que bien te lo debes pasar, tiene que ser superdivertido!" la he oído taaaantas veces... y cuesta tanto aceptarla a las 9 de la mañana :P