26 febrero, 2007

Seattle memories: Happy Birthday

Hoy es mi cumpleaños. A veces me gusta celebrarlo, que mis amigos lo recuerden, que me llamen, me deseen lo mejor... ¡y quéee cumplaa muuuuchos máaaaaas! Otras veces me gustaría que pasase desapercibido, que no lo recordase nadie, ni yo misma si fuera posible. Pero el cumpleaños de mi vida, ese que que nunca hubiera querido perderme tuvo lugar en Seattle, hace ya algún tiempo.




El primer gran regalo fue la ausencia de lluvia (sólo por la mañana, es cierto, pero suficiente para sacarme el buen humor), las llamadas telefónicas -creo que la gente me quiere más cuando estoy lejos, uhmmm- y las flores -Interflora estuvo a punto de hacerme cliente del mes- me hicieron sentir como una estrella de Hollywood. Pero lo mejor estaba por llegar... ¡una auténtica fiesta sorpresa al más genuino estilo americano!

(Happy birthday. Primera estrofa)


No faltó de nada: los globos de colores, las colgaduras con el happy birthday, el ponche de cherry (con su aliño de alcohol semiclandestino) y el toque ¡ESPAÑOL! representado por una horrenda tortilla de patata, hecha con todo el amor por un compatriota, y unas botellas de fantástico Rioja encontradas quién sabe donde por mi buen amigo Robert, hijo de un pastor episcopaliano muy estricto con el alcohol y el sexo hasta que se fue a vivir con un feligrés y decidió que le llamasen Loretta, no por los Monty Pyton sino por Loretta Young, la actriz.

Mi amiga Sil, argentina y organizadora del evento, había logrado no sólo que sus roommates le dejasen la casa para preparar la fiesta, si no que además el casero le diera permiso para encender la chimenea, siempre que el City Council lo autorizara dependiendo de la climatología (en Seattle todo depende de la climatología).

El grupo de invitados era de lo más peculiar: Vadim y Serguei, rusos, Elli, de Kazajstan, que aceptaba de buen grado que su padre le dijera con quién debía casarse, Sadot, mejicano de Querétaro pero con nombre persa y enamorado de Elli, Tolmasky, judeo-argentino, Pablo, español, nos conocimos porque éramos los únicos españoles de la Universidad, un iraní, roommate del español, una japonesa, Peter, trostkista y estadounidense -había una sede troskista en Seattle-, Rai (diminutivo de Raimundo), mejicano, espalda-mojada siempre pendiente de "la migra" (Policía de Inmigración) y Brian, estadounidense italo-irlandés con un gran parecido a Kevin Kline en "The French Kiss", escalador, carpintero y algún tiempo después, mi novio.


21 febrero, 2007

¡Va por uzté, Señá Menistra!


Este brindis lleno de sabor taurino, racial y cinematográfico está dedicado a la Ministra de Cultura de todas las ¡ES-PAÑAS! por lo requetebien que está gestionando el asunto de la Ley del Cine, sobre todo en lo tocante al asunto guionístico, al menos así lo ve A.L.M.A. de la que acabo de recibir -al igual que muchos de vosotros- un e-mail comunicándome la grata nueva.

Vamos que después de ver lo que nos han tomado en cuenta dan ganas de aprenderse el "Pita, Pita", ponerse un pedrusco en el ombligo, meterse un sicotrópico y empadronarse en Bollywood.


Aquí os dejo algunas de las propuestas que se han pasado por el forro...

"...el borrador tampoco recoge ninguna de las propuestas (...) que buscaban obtener garantías de los guionistas para cobrar por la escritura de sus guiones cuando la obra está financiada con fondos públicos..." "En consecuencia, dado que tales reivindicaciones no han sido atendidas en forma alguna, se reproducen a continuación, en forma de medidas que entendemos deberían incorporarse a la Ley:

- Prohibición total para el productor de ofrecer derechos sobre obras audiovisuales a cadenas de televisión u otros agentes, sin haberlos adquirido previamente mediante el correspondiente contrato, o disfrutar al menos de una opción vigente de adquisición, en cuyo caso el contrato ha de condicionarse al ejercicio efectivo de dicha opción.

- En la Normativa reguladora de las subvenciones públicas para el desarrollo de guiones de obras audiovisuales, no podrá detraerse de la remuneración pactada con el guionista el importe de las subvenciones que reciban el productor o el guionista para desarrollo, declarándose nulo cualquier acuerdo en contra, ni podrá considerarse remuneración de la productora el importe de la subvención destinado al guionista, o el 50%.

-“Sin perjuicio de lo establecido en el Estatuto de los Trabajadores, el régimen profesional de los trabajadores autónomos del sector audiovisual se regirá, además de por la legislación aplicable, por los acuerdos de interés profesional celebrados entre las asociaciones o sindicatos que representen a dichos trabajadores y las empresas o asociaciones que les representen, pudiendo fijarse en dichos acuerdos remuneraciones con carácter de mínimos obligatorios para los distintos supuestos”.

Y otras muchas que para no marearos he omitido y que podeis pedir en ALMA los que esteis interesados en leerlas. ¡Qué Dios nos pille confesados!

17 febrero, 2007

¿Vinieron de dentro de... MARTE?


Esta foto es la prueba de que hay agua en Marte... ¿Podeis imaginar que vengamos de allí? ¿Qué ya nuestros ancestros se cargaron el planeta rojo y ahora vamos camino de cargarnos éste? ¿Dónde tendrán puestos los ojos los padres de la próxima humanidad para empezar a cargarse otro mundo?
(Ahí queda esto Grampus. ¿Te inspira para algo?. Con estas cosas me muero de miedo)

15 febrero, 2007

..."Cobrar y qué cobrar, that's the question"


A partir de un oportuno post de mi admirado Guionista Hastiado sobre el tan traído y llevado, pero siempre actual, problema del precio de nuestro trabajo, querría añadir una consideración sobre otro tema que siempre sale en este tipo de conversaciones: TRABAJAR GRATIS que -como su propio nombre indica- es escribir lo que sea a cambio de una vaga promesa de cobrar SI el proyecto saliera o saliese (que de las dos formas puede y debe decirse) y a veces incluso sólo por el puesto de guionista que generaría ese proyecto.

Vale, los que tenemos cierta experiencia no nos prestamos ya al juego del "por si acaso", pero ... ¿Y las pruebas? ¿Cuántos esketches habéis mandado a productoras como prueba solicitada, de los que no habéis tenido ni noticias sobre si estaban bien, mal o regular? ¿Y monólogos? ¿Cuántos tratamientos de capítulos de series habéis escrito con su trama principal, sus dos o tres secundarias -una de ellas de comedia- y de 55' de duración? ¿A cuántos proyectos habéis dado forma a partir de una GRAN idea de alguien que no puede, no quiere, o no sabe desarrollar un proyecto pero que lo va a poner en marcha enseguida? ¿Eso no es trabajar gratis?

Vamos a pensar que nuestras pruebas no se copian tal cual -apostaría que en el 95% de los casos no lo hacen, copiar digo-, pero ¿podeis imaginar la cantidad de guiones que recibe una productora cuando solicita guionistas para tal o cual programa, o serie? Aunque contraten a alguno de los "probados" porque es el mejor ¿el resto de las pruebas son tan malas como para tirarlas sin más? ¿Qué pasa con todos esos esketches que llegan a Pausoka, El Terrat, Los guiñoles, Autoindefinits, etc., etc., etc. cuando convocan pruebas? Y aunque todas las de los no elegidos fueran a la basura, ¿no merece nuestro trabajo una retribución mínima? Ni siquiera sirven como aprendizaje porque nunca sabemos qué es lo que hemos hecho mal.

¿Y si uno se encuentra en la situación de bloqueo terrible de la que nos hablaba el otro día en un post -el siempre interesante- Guillermo Zapata? Todos sabemos que es mucho más fácil reescribir a partir de algo que empezar desde cero y más en momentos de crisis o bloqueo ¿por qué no pagar con un mínimo las pruebas y utilizar las ideas o algún chiste o alguna trama para esos momentos?. Por otro lado, también serviría de freno a algunos a la hora de pedir pruebas a diestro y siniestro ¿cuántas veces también os han dicho eso de "nada hombre, te escribes un monologuito, cuatro gags y un sketch"?

Tengo que decir para ser justa, que en estas últimas semanas me he encontrado con dos productoras que se han planteado las pruebas desde otra perspectiva, han respondido puntualmente y me consta que han mantenido al tanto de como iban las cosas a todos y cada uno de los que hicieron la prueba, una prueba coherente, bien planteada para obtener los resultados que buscan. Estas productoras son: Rojo Vivo y OrgánicaDTM ¡Ójala cunda el ejemplo!

14 febrero, 2007

VALENTÍN

Valentín llegó como caído del cielo, aterrizó sobre la estantería de "best-sellers" empujado por uno de los gorilas de la baronesa Von Pilsen que ese día firmaba ejemplares de su libro "Los barones somos gente honrada". La estoicidad con que aceptó el envite y la sonrisa con que me obsequió mientras le ayudaba a incorporarse me devolvieron la autoestima que me había abandonado junto con Fernando hacía un mes escaso. Valentín era profesor de autoescuela y andaba buscando un libro que le ayudase a conciliar el sueño perdido hacía un año, cuando su mujer decidió cambiarlo por un finalista de Gran Hermano. Me acompañó hasta la parada del autobús y allí le dejé, diciéndome adiós con un ejemplar del "Ulises", una mixtura de yerbas contra el insomnio y la promesa de vernos al día siguiente.

Cuando llegué a casa después de hora y media de transporte público todo me parecía maravilloso: la cena por hacer, una lavadora por tender, mi hijo agarrado al teléfono con las botas encima del sofá. Yo tenía una cita y eso era lo único que importaba.



Durante las dos semanas siguientes nos vimos todos los días. Íbamos a alguna cafetería y hablábamos y hablábamos de nosotros y de nuestros ex respectivos, de lo mal que nos habían tratado y de lo poco que lo merecíamos, y aunque comparando los dos casos no había muchos puntos en común, nos sentíamos tan cerca el uno del otro que a veces parecía que iban a saltar chispas.

Por fin un día Valentín me propuso pasar el fin de semana juntos en Toledo. La elección no me hizo muy feliz, sabía que Fernando había ido allí varias veces con la Totoya mientras yo creía que estaba en Medina del Campo haciendo un cursillo sobre "Relación Freudiana entre visitador y médico y sus consecuencias en el Marketing sanitario", pero Valentín insistió y yo pensé que tal vez conjuraría los fantasmas si paseaba con otro hombre por las mismas calles que mi marido había recorrido en compañía de otra. Así que aprovechando que Román se iba el fin de semana con su padre, Valentín y yo nos pusimos en ruta hacia Toledo en un coche de Autoescuela "El galápago". La verdad es que no me pareció muy adecuado emprender un viaje romántico en un coche cuya carrocería simulaba un caparazón de tortuga, pero Valentín dijo que así la gasolina nos saldría gratis y parecía que para él este detalle era importante.

El hotel se llamaba "Las sirenas", nombre extraño para una ciudad tan alejada del mar, pero era muy agradable, con cierta vetustez digna que le daba la estatua de Juan de Padilla emplazada frente a la fachada. Después de la cena, paseamos por las calles tranquilas y solitarias y comencé a ver con claridad meridiana que mis fantasmas no eran los únicos que pululaban por Toledo. Allí en cada esquina, en cada portal, en cada bar, tienda o cafetería, Valentín compartía un recuerdo con su exmujer: aquí una vez tomaron unas copas que a ella le sentaron mal, allá estaba la tienda en la que ella siempre se paraba a ver la ropa, acullá, bajo ese arco, se habían besado en un día de lluvia, y en el Hotel "Las sirenas", en la misma habitación en la que dormiríamos nosotros, hicieron el amor toda la noche después de una discusión en la que casi llegan a las manos. Pero la guinda aún estaba por poner.

Cuando después de hacer la vista gorda al espectro que flotaba en el dormitorio, Valentín y yo nos abrazábamos apasionadamente, él deshizo el abrazo, buscó bajo la almohada y... -Póntelo, por favor- me dijo. Entre sus manos brillaba el satén blanco de un camisón arrugado. ¡Fue terrible! Sobre todo cuando averigüé el por qué del exótico nombre del hotel: durante toda la noche las sirenas de las ambulancias de un Centro de Salud cercano se alternaban con las de los coches de policía de la Comisaría aledaña.

A eso de las seis de la mañana escuché la última sirena mientras me alejaba en el autobús de línea camino de mi casa.

(Miss Julie advierte que los personajes son ficticios y cualquier parecido con la realidad... es posible)

09 febrero, 2007

Algún tiempo pasado fue mejor...

Después de leer el blog del recuperado GALAHAN me encuentro invadida por la nostalgia.


Yo conocí esa productora, a la que se refiere, hace poco más de una década. Sólo DIEZ AÑOS y parecen cincuenta. Eran los tiempos en los que pagaban las vacaciones -aunque tuvieras contrato por obra-, en Navidad había paga extraordinaria o gratificación y unas cestas superguays: embutidos, turrones, buenos vinos...
Eran los tiempos en los que el despacho del Director General estaba abierto a todo el mundo y en el que él mismo te decía -y creo que era sincero- que los que trabajábamos allí éramos su mayor activo y que por eso había que cuidarnos. Los tiempos en los que sabían nuestros nombres y conocían nuestro trabajo. Los tiempos en los que una de las grandes preocupaciones cuando algún programa terminaba era "recolocar" al equipo.
En aquellos días había una ruta gratuita durante todo el día que llevaba a los equipos a las redacciones de las distintas cadenas. Y los sueldos... ¡Ay, los sueldos! Hace diez años había un baremo: los redactores ganaban X, los guionistas ganaban Z y era el mismo para programas o ficción. Era la época en la que los programas más arriesgados, inteligentes y divertidos llevaban la firma de esta productora y en la que sentías cierto orgullo de trabajar allí.

Hoy me consta que los guionistas de primera fila siguen ganando Z (la misma cantidad que diez años antes), y de ahí hacia abajo hasta llegar al mileurismo becarial. Es cierto que hay excepciones, pero ya sabemos que son las que confirman la regla.

De aquellos que fuimos, que tuvimos la suerte de vivir esa época quedan muy, muy pocos, ya ni siquiera el Director al que me refería. El otro día me comentaba un compañero que, tras 12 años, cuando terminó el programa en el que estaba le pusieron en la calle y le llamaron tiempo después para trabajar por la mitad de sueldo, para dos meses y si pasaba la prueba.

Y fué allí donde un día, al recibir los papeles del despido, alguien -inocentemente- preguntó: "¿Qué es el finikito?" y alguien -no tan inocentemente- respondió: "El hijo de finiki".

02 febrero, 2007

¿Quién puede matar a un niño?

Niñas de Anfougo. (Alto Medio Atlas. Marruecos)

..., y sobre todo, ¿quién puede dejarles morir de desnutrición, frío y abandono? Aunque ha ocurrido hace ya algunos días, hasta hoy no he sabido que en Anfougo, un pueblo del Alto Medio Atlas marroquí, al que he ido con cierta frecuencia y en el que conozco a alguno de sus habitantes, han muerto más de veinte niños y dos mujeres.

Las noticias hasta el momento son muy confusas por las condiciones de aislamiento en las que se encuentra la zona durante el invierno y por la precariedad de las comunicaciones. Tampoco se sabe aún las causas reales pues el Gobierno marroquí ha minimizado el asunto diciendo que son SÓLO fruto del frío extremo y la desnutrición, por lo que se han limitado a mandar un cargamento de mantas y algunos alimentos.
Seguro que el frío y la desnutrición han hecho su labor, pero creemos que debe haber otras causas que hay que investigar. Tampoco se sabe todavía si alguno de los niños muertos son los hijos de nuestros amigos a los que conocemos desde su nacimiento o si alguna de nuestras amigas es una de las mujeres muertas.

No es nada nuevo, lo vemos cada día en nuestros televisores pero hoy esto me conmueve especialmente porque les pongo cara, nombre, sonrisa. Son mis amigos.

¿Quién preguntaba de dónde sacamos los argumentos los guionistas?

Os dejo el vídeo que ha grabado un periodista marroquí sobre la situación que están viviendo estas buenas gentes, dejadas de la mano de Dios, como dice a la cámara un habitante del pueblo.
(Creo que aunque no se sepa francés se entiende más o menos, pero si alguno tiene interés en la traducción decídlo por favor y me pondré a ello)


Os dejo un link donde hacer el seguimiento de lo que está ocurriendo y lo que se está haciendo desde aquí por parte de los que solemos viajar por esas tierras: http://www.ismalar.org/dosieranfgou.pdf
Y éste es un fragmento del artículo que escribí para una revista la primera vez que fuí al ATLAS.

La viajera ha conocido lugares a los que sólo se puede llegar en mula, atravesado bosques de cedros y visitado pueblos que parecen sacados de un manual de historia medieval: Tounfite, Anfougo, tierra, agua y fuego fundidos en los adobes de las casas; Ilmichil, Anergui, centro de mercado y trueque de los nómadas y la Zaouia-Ahansal, lugar sagrado para el pueblo bereber, cuya energía el viajero sensible puede percibir.

La viajera ha dormido al raso, al calor de la lana tejida por mujeres de piel surcada de henna y tiempo, ha visto asomar la luna roja entre montañas altísimas y al sol grande y redondo abrir el horizonte. Pero nada comparable al descubrimiento de los Imazhigen, “Hombres libres”, como se identifica a sí misma la etnia bereber.
Viven en condiciones extremadamente duras que, sin embargo, no han mermado su sonrisa, ni su capacidad para recibir al visitante con los brazos abiertos. La viajera ha comido del mismo plato que sus anfitriones, dormido en sus casas, conversado con ellos y disfrutado de su hospitalidad y afecto.