06 mayo, 2007

"Servidor se confiesa seguidor de Philip K. Dick, quizás por ello me he convertido en un trastornado" A. Gasset

Esta frase, atribuida al ya mítico presentador de "Dias de cine", y mi casi enfermiza simpatía por los robots me han llevado a conocer una historia muy cinematográfica, pero absolutamente cierta, en la que se mezclan ciencia ficción, robots, casualidad o causalidad (según se mire) y unas gotas de humor negro.

Diciembre del 2005
CABINA DE PASAJEROS. AVIÓN DE LÍNEA. INT. NOCHE.
En la cabina de pasajeros las luces atenuadas muestran a la mayor parte del pasaje descansando. En uno de los asientos de primera clase, el Dr. David Hanson se revuelve inquieto, mira el reloj, se levanta, abre la puerta del portaequipajes y suspira aliviado, en el fondo la cabeza del escritor de ciencia ficción, Philip K. Dick, descansa sobre unos cables. El doctor cierra el portaequipajes de nuevo, se acomoda en su butaca y vuelve a mirar la hora, aún le queda tiempo para echar un sueñecito antes de llegar a San Francisco.


Sin embargo, no todos los pasajeros iban a llegar a su destino. Un inesperado aterrizaje en Las Vegas, con el consiguiente cambio de avión, y Hanson olvida la cabeza del famoso escritor. Cuando lo denuncia a la compañía aérea en San Francisco, le informan que la cabeza está en Las Vegas y que será enviada en el próximo avión. Y así se hace según afirman en Las Vegas, pero el avión llega sin el robot. Así que, en algún lugar de los Estados Unidos hay una cabeza androide, aparentemente muy real, con los rasgos de Philip K. Dick, perdida y sin hogar. Desaparecida, sin ninguna explicación convincente de qué es lo que sucedió.

Pero no todos sabemos quién es el Dr. David Hanson y, sobre todo, por qué llevaba con él la cabeza robótica de Philip K. Dick.

David Hanson es diseñador, ingeniero e investigador, fundador de Hanson Robotics, ha ganado diversos premios por su trabajo en robótica e inteligencia artificial y entre sus logros está un androide con la cabeza de Albert Einstein.




Pero su creación favorita, la que llevaba consigo para mostrarla en una serie de
conferencias cuando la perdió, es la cabeza robótica de Philip K. Dick, el escritor de ciencia-ficción- autor de "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" (Blade Runner) y "Desafío total", entre otras obras y al que el Doctor Henson atribuye el mérito de su fascinación por los robots y su dedicación a la ingeniería robótica.

Aunque si la historia de la cabeza de pega es muy bizarra, no menos inaudita es la historia del auténtico Philip K. Dick. Siempre perseguido y en lucha con los -que él llamaba- "seres invisibles", acabó su vida en 1982 cuando el mundo descubría a través del cine la hermosura guardada en sus novelas y relatos.
Nació en 1928, gemelo de una niña, Jane, cuya trágica muerte semanas después de su nacimiento influyó decisivamente en su vida y en su obra. Desequilibrado, paranoico, sus fantasmas y sus falsos perseguidores dominaron sus escritos. Como tantos autores malditos, Dick redime su locura, sus visiones, plasmándolas en sus novelas y utiliza la ayuda de drogas sicotrópicas y alucinógenos.
Tras un camino lleno de delirios, divorcios y algún intento de suicidio, Dick muere a los 53 años por paro cardiaco. Valgan de epitafio las últimas palabras de Roy Batty, el más famoso de los androides que Dick imaginara, palabras creadas por el actor que le dio vida en la pantalla, Rutger Hauer :

"Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais... atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir".

10 comentarios:

Galahan dijo...

Anda, me encanta Phillip!
Y sus adaptaciones, claro.

Una pena que la de Desafio Total quedara así así por el rollete Swartzeneggiano (o como se escriba, leñe).

Mu buen post!
post!
post!

Carlos Atanes dijo...

Miss Julie, te recomiendo encarecidamente (además de la obra del propio Dick, por supuesto) su biografía, escrita por Emmanuel Carrère y titulada "Yo estoy vivo y vosotros estáis muertos", publicada en España por Minotauro, con una bonita portada dibujada por Robert Crumb. Si no la has leído ya, apresúrate a hacerte con un ejemplar, que aún quedará alguno por ahí. De verdad que vale la pena sumergirse en la vida alucinada de ese tío genial. Es tan o más desconcertatnte que sus novelas.

BUDOKAN dijo...

Phillip es un genio, sus relatos son maravillosos a parte casi siempre ha pegado en el cine. Saludos!

Anónimo dijo...

Lo mio con el Phillip es un amor-odio.

Le pongo muchos peros a sus relatos y novelas, hasta el punto de haber dejado de leerle durante una buena temporada, incluso me gustan más las adaptaciones al cine que los libros en sí.

Pero al final siempre vuelvo, el tio es fascinante.

Miss Julie dijo...

Con este post me ha ocurrido algo curioso, sólo habeis comentado unos pocos (pero guays, eso sí)y, sin embargo, si los contadores no engañan, he tenido más visitas de lo habitual, lo que supone un interés en absoluto sospechado por mí.

Bueno, ejem, también es posible que al incremento de visitas haya contribuido el linkeo de Carlos Atanes -gracias querido- en su blog, que aprovecho para recomendar.

Galahan -siempre fiel-, gracias a tí tb. A mí me gustó mucho Desafío Total, incluso a pesar de "Suasseneguer", el asunto ese de ¿quién soy yo? es fascinante.

Budokan, que ya es un clásico (valga la redundancia, ja, ja)

y Pope, nuevo en esta plaza, pero bienvenido tb, faltaría más.

Víbora dijo...

En el fondo, tanto Desafío Total como Blade Runner se parecen mucho. ¿Mis recuerdos son recuerdos míos o inducidos?.

Claro que las pelis difieren bastante una de otra en todo lo demás.

Anónimo dijo...

Mi primer comentario, miss J, pero sigo esto desde hace tiempo, enhorabuena por el blog.

Víbora, a mí lo que más me gusta de las adaptaciones al cine de la obra de Dick es que no sólo "Blade Runner" y "Desafio total", sino que todas, toditas son muy diferentes.

Anónimo dijo...

Por cierto, ví el otro día que los de Minotauro están reeditando un montón de sus libros.

Anónimo dijo...

Una buena novela de Philip K. Dick es "Los tres estigmas de Palmer Eldritch". En ella la cuestión de la realidad es planteada sobre el telón de fondo de las sordidas promesas gubernamentales, las guerras comerciales, los viajes interplanetarios y la religión.
Un elemento básico en la narrativa de Dick es la cuidadosa construcción del escenario, con un plan de fondo simple, pero definido meticulosamente: lograr mostrar la irrealidad de todo el tinglado, y en ultima instancia, lograr que el léctor perciba la irrealidad de su propia situación.
A mi parecer la novela donde mejor logra esto es: "El hombre en el Castillo", aquí el extrañamiento invade directamente el mundo del léctor.

Miss Julie dijo...

Gracias Rolando por tu docta contribución, se ve que te mola Mr. Dick. No era yo consciente de la cantidad de seguidores que tiene.