Imprescindible buena presencia...
...una petición que estamos acostumbrados a ver en cualquier oferta de trabajo ya sea solicitando médico, telefonista o tornero-fresador y matricero; se pueden pasar por alto cuestiones como la experiencia (no se necesita experiencia) y la preparación (a cargo de la empresa) pero nunca, nunca encontraremos una oferta sin la frasecita de marras. Si eres feo/fea lo tienes crudo, amigo/amiga.
Sin embargo, y a pesar de lo que puedan creer algunos, el asunto de la belleza física como valor no es potestativo de la sociedad actual, y si no que se lo pregunten a Cyrano, el famoso personaje de Rostand, culto, valiente, ingenioso, divertido pero feo de narices (perdón por el chistecillo facilón); y con esa pinta, cómo va a conseguir el amor de Roxana si ella además se pirra por los huesitos de un chiquilicuatre mosquetero, superficial, inculto, soso y aburrido pero alto, guapo y de buen ver.
Y a cuento de qué salgo ahora con tanta obviedad, os preguntareis. ¡Ah, queridos míos! Pues porque el mismo día 4 que comenzó con la impactante noticia de la muerte de Carlos Llamas, también me ofreció la posibilidad de vivir unas horas de una enorme emoción disfrutando de la representación de "Cyrano de Bergerac", protagonizada por uno de los mejores actores españoles e, inmerecidamente, también uno de los menos conocidos por el gran público: Jose Pedro Carrión.
Cyrano, estrenada en 1897 en París, es una de mis obras favoritas porque, como todo buen texto teatral, película u obra artística trasciende el tiempo, el espacio y el lugar, se universaliza y puede llegar y emocionar a cualquiera.
El tema del aspecto físico por encima de todo está tan presente en nuestra sociedad, el drama del que no "da la talla", de quién no llega al nivel que exigen los cánones de belleza crea tanta infelicidad a tantas y tantas personas que no resulta difícil para un espectador de hoy comprender la tragedia de Cyrano.
La película de Rappenau, con un Depardieu inconmensurable, es todo un ejemplo de que un clásico también se puede llevar al cine y resultar emocionante y divertido. (Por cierto que bien merecía el Oscar a la mejor película extranjera que le arrebató otro filme del que hoy pocos se acuerdan)
Sin embargo, ver el Cyrano de Depardieu y el interpretado por Jose Pedro no son placeres excluyentes, quizás todo lo contrario. La sinergia, la conexión, la energía que un espectador teatral recibe de un buen actor, de una buena obra, de un buen texto es tan especial que puede llegarte tan hondo como para no ser capaz de levantarte del asiento hasta que el acomodador amablemente te hace ver que eres el último que queda en el patio de butacas.
Para ser justos hay que resaltar también la actuación de la actriz, Lucía Quintana, que interpreta espléndidamente a Roxana.
La dirección es de John Strassberg, hijo del mítico Lee, y de quién os hablaré en otro momento.
14 comentarios:
Tampoco está mal el protagonizado por José Ferrer.
Hay una versión moderna y cinematográfica del Cyrano, con Daryl Hanna y Steve Martin, que se llama "Roxanne" y que también me gusta mucho.
Creo que es porque soy una romanticona.
Yo vi la obra el viernes.
A mí ella no me convenció del todo, pero la interpretación de él es notable.
A mí Carrión me recordó un poco a Dustin Hoffman. Y resulta curioso.
¿Se imaginan a Cyrano interpretado por el actor de "Tootsie"?
Vaya, me alegra que hagas esta "crítica"!
Precisamente fuí a verla a principios de mes en el teatro al lado de mi casa (es que vivo detrás).
Soy un admirador absoluto de Cyrano. La película de J.P.Rappenau me abrió los ojos y rápido me pasé a buscar el libreto, investigar, leer, comparar, visionar películas, ópera... y tenía muchas ganas de ver esta representación.
Y la verdad es que me defraudó. Joer, ya lo siento por si tienes ahí amigos, pero es que es lo que me pasó. La adaptación me pareció falta de ritmo, a veces sosa. El texto me resultó simple, simplificado en muchos fragmentos y buscando versos que pierden espectacularidad en pro de diferenciarse del libreto original traducido y de la película...
Además, aspectos para mi fundamentales (La redención de Le Ghiche, la bravuconería de Cyrano frente a su complejo, los surrealistas viajes a la luna...) se pierden en una interpretación bastante floja de los papeles secundarios y de frases lanzadas sin "¿por qué?" detrás.
Aunque lo que más me dolió fue la escena de los cadetes de la gascuña (sin entrar en que se saltan la canción que Cyrano componía, un momento mítico, poniendo una cinta-cassette chunga y diciendo un versito) cuando reciben a Christian y él decide marcar territorio jugando con "la nariz" de Cyrano. En esta obra... ¡los cadetes se mofan! ¡Se parten la caja cuando dice nariz! ¡¡¿¿??!! No tiene sentido!! Lo que provoca la bravuconería de Christian es sorpresa, miedo y sensación de "este hombre va a morir" en los cadetes. Si no, no tiene sentido nada! Cyrano queda como un enano gruñón neurótico y no como el gran héroe al que sus compañeros admiran. Me saca completamente esa escena del personaje y no hay ninguna versión donde suceda algo así (ni mucho menos en el libreto original donde la reacción es de estupefacción).
No sé, me dió una floja sensación en general pese a momentos logrados (el balcón estaba bien traído, ahí los actores se lo creían. La escena del teatro me flojeó pese a momentos en altos. El final estaba bien traido pese a que he encontrado mejores traducciones del texto final de Cyrano -que no acaba con nariz, si no con "penacho"-)
En fin, que es que es tan mia que yo creo que me despagué pese a la ilusión que me hacía verla por fin en teatro hecha por profesionales! Eso sí, Carrión me gustó y Cristóbal Suárez también (pese a que su acto de redención quedara deslucidísimo).
Perdón por el rollete!!
Me alegra tanto que te guste Cyrano :D
Ay... pues desafortunadamente Cyrano no ganó el Oscar de Mejor Película Extranjera, si ganó un Oscar, pero no ese.
No soy un gran admirador, pero la verdad es que el texto de la obra me encanta y como bien dices es un tema completamente universal y atemporal.
¡Ostras, Galahan! Nos hemos metido en buen fregao.
Lo que yo he escrito no es una crítica, no era esa mi intención, pero tú si que te has largado una y buena de verdad. Está claro que sabes de lo que hablas y en algunas cosas tienes razón.
Yo hubiera matado a todos y cada uno de los actores jóvenes, en todas y cada una de sus intervenciones. Y si tuviera ocasión de hablar con Strassberg o con Jose Pedro, lo primero que les preguntaría es ¿de donde c... habéis sacado a ese elenco? No puedo creer que no haya actores que hubieran podido hacer esa función muchísimo mejor que los que lo hacen y por el mismo precio, a no ser que sean ellos los que paguen por permitirles salir a escena, sólo entonces -y ya que la producción ha salido adelante por el esfuerzo económico de una sóla persona, al parecer- podría entender que no les hubiera quedado más remedio que incluirlos en el reparto.
Y una vez dicho esto, discrepo absolutamente en lo que se refiere a la adaptación y al texto, porque creo que toda esa falta de ritmo y sosería que tu percibiste puede ser más fruto de la interpretación deleznable de esa banda que pretenden llamarse actores, que del texto elegido o la dramaturgia, y me atrevo a decir que tus expectativas se habían disparado, después de haber visto la peli de Rappenau y además haber hecho casi una tesis sobre la obra. Tu tienes tu Cyrano y dificil va a ser que encuentres en la interpretación de otro el que tú quieres ver.
De todos modos, la magia que tiene el teatro y lo que le diferencia de otros espectáculos a los que estamos acostumbrados como el cine, o la TV, es que cada representación, cada función es distinta y única porque el público es distinto y porque las obras están vivas y se nutren de muchas energías.
Yo no llevaba más expectativa que la de ver a J.P. Carrión interpretar a un personaje que yo aventuraba podría hacer tan suyo como realmente lo hace y no sólo porque es un grandísimo actor. Y el acierto de Strassberg -especialmente después de ver con los secundarios que tenía que bregar, supongo- ha sido apoyar toda la obra en el personaje de Cyrano, una elección como otra cualquiera ante la dificultad de montarla en toda su extensión y matices.
En la obra que yo vi, Cyrano me enganchó con su agudeza, me conmovió con su tragedia y sentí, como hacía tiempo que no sentía lo que es realmente disfrutar con un texto inteligente, dicho desde la verdad, esencia de la credibilidad del teatro.
Y no fui la única, el teatro estaba casi lleno, entre el público mucha gente joven, muy joven, que no está acostumbrada a aguantar dos horas de una obra clásica y en verso, y te aseguro que hubo muchos momentos en los que el aire se cortaba, y el silencio en el patio de butacas pesaba. Tuve suerte y me toco la función con magia.
¡Ah! Y nadie es amigo mío. A Jose Pedro le conocí hace muchos años, cuando yo coqueteaba con la idea de ser actriz y a Strassberg le conocí porque asistí a sus cursos como alumna y además, tuve el honor de ser quién le hizo la primera entrevista para un medio (Radio El País, de nuevo) recién llegado a Madrid, pero no he vuelto a ver a ninguno de los dos desde entonces.
Siento que no pudieras disfrutarlo, de verdad.
Y una vez dicho esto,
Julie! De acuerdo con todo lo que dices (aunque lo de los Cadetes descojonándose por las bravuconerías de Christian a Cyrano es cosa de dirección más que de los actores jovenzuelos, que sí, son penosos, pero no quería decirlo así directamente, jeje). Y es cierto que con esa "compañía" la cosa era difícil de levantar.
Pero que conste que agradecí como el que más el gesto y el intento de llevar este Cyrano al teatro de nuevo. Me pareció genial. Y me sigue pareciendo.
Y sí, igual pillé la representación sin magia. Quizá fuera porque era la función económica... o un mal día! Jeje.
Un besote y me alegra poder comentar la obra con alguien como tú.
Y dicho esto... :P
Ja, ja... Lo de dicho esto se me coló, era un restillo de uno de los párrafos. Un placer tb para mí, querido.
Víbora, el de Ferrer... ¡Uhmmm! Y mira que soy fan de las pelis antiguas.
Ruthi, siento discrepar contigo, Roxanne es más una comedia romanticona utilizando lo de Cyrano, porque el asunto del Narizotas es un elemento cómico tb. Yo la ví en la tele y bueno, la vi, pero me alegro de no haber pagaado una entrada por verla en el cine.
Metabaron, lo que me resulta curioso es que para tí, Dustin Hoffman sea el actor de "Tootsie". Me alegro de que te gustara, al menos él.
Brys, no me acordaba de que hubiera ganado algún Oscar por otra cosa y no lo he mirado en el google, pero ahora mismito lo hago. Gracias.
Pues a mí, la interpretación de Ferrer me gusta incluso más que la de Depardieu.
Aunque como peli, esté muchisíssimo mejor la de Rappenau.
Hola Julie, recuerdo haber visto este film hace mucho tiempo y la verdad que no lo tengo muy presente. Sí recuerdo a Ferrer con ese gran sombrero de época. Un placer pasarme por aquí. Saludos!
Yo no he visto la obra, y de la película ya casi no me acuerdo (Freud diría que es un recuerdo reprimido a causa de tener la nariz pequeña), así que voy a comentar el primer párrafo:
En las ofertas de trabajo, no deberían poner "imprescindible buena presencia", sino "imprescindible presencia". Que luego hay mucho absentismo.
Por cierto, Cyrano de Bergerac debe de ser uno de los pocos escritores que es más famoso por la obra de otro autor que por la suya propia. (Aunque seguro que si nos ponemos a pensar salen más. O no, no sé.)
jooooooooooooo
que peniya nos da que agan hesas cosas tan lejos. haqui solo ai un teatro (quitando hel de marionetas de hal lado de nuestra casa), i lo ultimo que izieron fue piterpan. hencima, aqui hel teatro hes pa luzirse la jente con pasta, i ban con sus pieles (en pleno carive) i sus trajes de etiqueta... i se pasan la ovra mirando quien a ido i quien tiene mejor vutaca. asin que no bamos nunca. entre heso i que no acen nada vueno...
ainsssssss
RUVIS
"van con sus pieles" es que si para ir al teatro tuviesen que arrancarse la piel... sería una pasada ¿no?
Yo teatro, cine y esas cosas quedaron aparcadas hace unos años.
Publicar un comentario