30 marzo, 2007

T-URGENCIAS II (Hospital ESPERANZA)

(Viene del post anterior)

4. SALA DE ESPERA. INT. DÍA.
DOÑA SOLE está con su labor de ganchillo mientras habla a un anciano sentado a su lado que se apoya sobre un bastón de puño plateado. Algunos pacientes más esperan pero no se ve a ningún sanitario.

Dª SOLE:
Aquí se está cociendo algo muy gordo, seguro. Esto no es normal. Se lo digo yo.

Se escucha en off un griterío de gente que discute y luego un portazo. De los despachos sale un tipo con aspecto de funcionario y cara de cabreo, lleva un maletín en la mano en el que pone “Concejalía de Sanidad”, se acerca a una de las paredes donde hay un cartel con tres placas: “Hospital Esperanza”, “Red de Salud Pública” y “Entidad colaboradora: Laboratorios Rostchild”, arranca la placa de “Red de Salud Pública” y se va con ella bajo el brazo.

Dª SOLE:
¿Ha visto? Algo muy gordo...

Dª SOLE se acerca al anciano que parece escucharla con atención.

Dª SOLE
(Confidencial)
Verá, el chico de mi vecina Paqui está en los laboratorios esos (señala el cartel) que dan dinero para el Hospital, “espónsales” se dice. Pues el chico me ha contao que unos chinos de esos de Japón quieren comprarlos y claro los chinos dicen que ellos no sueltan una perra. Así que ya me contará usted lo que van a hacer estas criaturas si el Rochi les corta el grifo...

Mientras Dª SOLE termina de hablar, se produce un nuevo griterío y otro portazo. Un segundo “funcionario” en cuyo maletín se lee “Laboratorios Rotschild” sale por la misma puerta, se dirige al mostrador, arranca la tercera placa, se la guarda y se va.

Dª SOLE:
Uy, lo que le digo. ¡Ahora a ver cómo compran el “esparatrapo” y lo demás!... En mi pueblo, cuando al médico se le acababa la “nestesia”, utilizaba orujo para dormir a los pacientes. ¡Colas había para operarse, oiga!

5. DESPACHO. INT. DÍA
El personal de la clínica al completo está reunido en el despacho de la doctora. Todos permanecen en silencio, con gesto de preocupación.

DR. GARAÑÓN:
(Rompiendo el tenso silencio, con tono animoso)
Bueno, nos privatizan ¿Y qué? El mercado está lleno de oportunidades si uno sabe cómo aprovecharlas. Los únicos que deben tenerle miedo a la libre competencia son los inútiles, los chapu... ceros, los pere... zosos.

Según habla, la expresión del doctor va cambiando hasta que se derrumba sobre una silla con la cara entre las manos.

DR. GARAÑÓN:
¡Dios mío! ¡Estamos perdidos!

REMEDIOS, le mira con cara de desprecio. JAIME pone una mano sobre su hombro.

JAIME:
Ánimo, jefe. ¡Que no se diga!

REMEDIOS:
Déjese de mariconadas, hombre.
LOLITA, la enfermera novata, se levanta con decisión.

LOLITA
(Épica) ¡No importa lo que suceda! Nos debemos a la humanidad. Nuestra labor es demasiado importante para permitir que algo tan ruin como el vil metal la ponga en peligro.

REMEDIOS:
¡Eh! Florence Nightingale, deja de decir tonterias.

LOLITA:
(Sin hacerle caso) Y si hay que trabajar sin cobrar, se trabaja. ¡¡Sanidad, la suma de todos!!

JAIME:
¡Chissst!

REMEDIOS:
¡Niña, calla!

DR. GARAÑÓN:
¡Pueden oírte!

La DRA. PAZ, muy seria, golpea nerviosamente sobre su mesa poniendo orden.

DRA. PAZ:
¡Señores, calma! Somos profesionales de la salud, no un grupo de chiquillos. El hospital seguirá adelante, sólo hay que buscar nuevas fuentes de financiación, gestionar bien los recursos. Habrá incentivos económicos según nuestro rendimiento.

JAIME:
(Interesadísimo)
¿Incentivos?

DR. GARAÑÓN:
(Entusiasmado)
¡Económicos!

REMEDIOS:
(Con amargura)
Según nuestro rendimiento...

(continuará)

2 comentarios:

Víbora dijo...

Perdona, pero paso por un trasplante de corazón en pleno desierto del Sahara con dos cucharas, un cuchillo de pescado y tres ensaladeras, pero un médico dispuesto a trabajar sin cobrar... te has pasado.

La idea de un médico español de hoy día es que, si hace falta, en el hospital no cobra nadie, pero a él se le tiene que subir el sueldo un 25% anual, porque para eso es médico y se le llama doctor (aunque sólo sea licenciado como muchos otros).

Anónimo dijo...

Hola vívora. Se te nota que tienes veneno anti-médico. Ten cuidado no te muerdas la lengua.
Es cierto, es difícil encontrar un médico que trabaje gratis... igual de difícil que encontrar un escayolista, fontanero, abogado, taxista, secretaria, jardinero, etcétera, que trabajen por amor al arte.
Los médicos también tenemos que comer y pagar la hipoteca.
Sin embargo, la mayoría de los médicos (entre los que me incluyo) prolongamos muchas veces nuestra jornada laboral para completar la atención de aquel paciente que lo necesita. Y muchas veces estudiamos en nuestro tiempo libre.
Al igual que los médicos, cualquier otro trabajador intentará cobrar lo máximo posible. No somos peores ni mejores que los demás.
Te aseguro que me gano hasta el último céntimo que cobro.
Diccionario de la RAE. Doctor: médico, aunque no tenga el grado de doctorado.
SAludos.
Un médico.