01 enero, 2009

Trastos viejos, ancianos creadores

Así titulaba Rafael Argullol un artículo en "El País" (7/12/08. Quién quiera leerlo puede pinchar aquí ) por el que hubiera pasado casi de largo a no ser por un titular que le acompañaba:

"¿La permanencia de un ignorante de 35 años debe implicar la expulsión de un talento de 60?"

Una buena pregunta que me llevó a recordar una conversación que tuve hace unos días con un estupendo guionista de ficción respecto a este tema y cómo afecta a nuestro trabajo en la actualidad.

F.M., que así se llama mi amigo, me contó que hace algún tiempo la productora para la que trabajaba pagó un viaje a EEUU a alguno de los guionistas para que observaran como trabajaban los equipos de guión de las series de éxito. Según mi amigo, bregado en las redacciones y equipos de diversas productoras, una de las cosas que más le había impactado fue la edad media -alrededor de 50 años- de los guionistas que componían esos equipos. Una edad media de 50 años supone que junto a guionistas de veintitantos había otros de cuarenta y tantos o incluso más años.

Para él y los que iban con él fue un gran impacto, acostumbrado como estaba a que los productores ejecutivos españoles prefirieran equipos de guionistas cada vez más jóvenes y por ende más inexpertos. Las razones reales del por qué de estas preferencias de sus jefes nunca se las habían comentado pero como especular, además de divertido, forma parte de nuestro oficio se nos ocurrieron unas cuantas: la gente joven es muy entusiasta, tiene tantas ganas de meter la cabeza en un medio en el que no es fácil que, en general, está dispuesta a todo, desde pagar grandes sumas por masters y cursos que culminarán en "prácticas" -casi nunca pagadas- en las productoras que organizan el Master, hasta trabajar en las condiciones más infumables por un sueldo de vergüenza e incluso sin contrato.

Por supuesto que haya gente joven en los equipos es necesario e imprescindible y de hecho aportan muchas cosas importantes gracias a su juventud, pero hagamos una pequeña digresión y volvamos al articulo de Argullol del principio.
En él se refería al realizador de cine portugués Manoel de Oliveira que, a punto de cumplir 100 años, comentaba el inmenso placer que le proporcionaba cada nuevo rodaje.

"El ejemplo de Oliveira es probablemente extremo pero puede relacionarse con los de otros cineastas longevos que últimamente nos han ofrecido notables películas, como Claude Chabrol o Sydney Lumet, para no referirme a directores como Clint Eastwood, el cual, entrega tras entrega, parece aumentar su excelencia a cada año que pasa. (...) Ellos han apostado por atravesar la vejez como seres vivientes y no como meros supervivientes. Una elección que, no obstante, no resulta fácil en un mundo con drásticas fronteras cronológicas y siempre al servicio de la cadena productiva".

En lo tocante a la televisión: el programa "American Idol", que sigue batiendo records de audiencia en EEUU, fue creado por el británico Simon Fuller que a la sazón debe andar por los 49 tacos, Conan O'Brien sobrepasa los 45, Tina Fey ronda la cuarentena. Y si nos metemos en los equipos de series míticas, referentes de muchos de nosotros (jóvenes y no tan jóvenes), la mayor parte de sus creadores están en la media de los anteriores e incluso algo más. ¿Pero cual es la conclusión de todo esto? ¿A dónde queremos llegar? Creo que Argullol en su artículo lo hace mucho mejor que yo:

"Cuando hace un par de años vi los criterios con que se realizó el saneamiento de Televisión Española pensé que nunca la estupidez cronologista había llegado tan lejos. ¿Cómo podía ser que la condición principal para permanecer o no en el Ente fuera haber cumplido 50 años? ¿No se daban cuenta de la enorme sangría que este igualitario procedimiento significaba? ¿La permanencia de un imbécil o de un ignorante de 35 años debía implicar la expulsión de un talento de 60? ¿Cómo se podían arrojar por la borda tan lastimosamente años de aprendizaje y maduración de realizadores o guionistas que seguramente, tras los cincuenta, llegaban al momento dulce de su profesión? (...)

Los efectos de esta política son desastrosos, incluso desde el punto de vista de la renovación generacional que se proclama, pues transforma a los que deberían ser maestros en trastos viejos, muchos de los jóvenes que acaban siendo promocionados no son los más talentosos o los más intelectualmente apasionados. De seguir así es muy probable que nos quedemos sin los jóvenes que podrían llegar a algo y sin los ancianos que ya habían llegado.
Miguel Ángel acabó el Juicio Final a los 70 años; Sófocles escribió Edipo en Colono a los 80; Goethe tenía 81 cuando puso la última línea a su Fausto".

9 comentarios:

Paco Lopez Barrio dijo...

Y lo más paradójico es que cada vez se amplía más el límite superior de lo que se considera "joven" en las politicas de protección social. Ayudas a jóvenes creadores, ayudas para comprar un piso, para establecerse como joven empresario... y no se si hasta para comprar el bonobus se han situado ya en los 35 años para muchas administraciones.

O sea que hasta los 35 aun no se te considera un tipo capaz de sacarte las castañas del fuego tu sólo. Para eso aún necesitas a papá-estado.

Pero a los 45 ya entras en la categoria de prejubilado que se las va a pasar muy putas cada vez que tenga que renovar un contrato.

Una simple resta y tenemos que la plenitud de una persona, hoy en dia, dura solo diez años. En diez años pasas de ser un pos adolescente a ser un previejo. En diez miserables años!!!

La verdad, si tan poco juego damos, no sé para que coño se empeña la medicina en alargarnos la vida.

Nacho Rodríguez dijo...

Pues yo creo que todo obedece a cuestiones económicas. Por un lado, lo que dices de que a un joven es más fácil explotarle y por otro, que parece que lo único que vende es ser joven y saludable. La cosa todavía es peor en nustro país si además de tener más de cuarenta, eres mujer. Para conseguir algo de trabajo tienes que demostrar el triple.

gabkarwai dijo...

Y te has saltado como excelentes músicos como Nick Cave son grandes, muy grandes de viejos.

Siempre ha sido un placer trabajar con gente más mayor que yo, de hecho, ahora que yo soy el más mayor en mi trabajo de guionista (con 32!) empiezo a asustarme.
Q¿ué pasa con los guionistas de 40 y los de 50?

Hemos tenido ejemplos de algunos con 70 que estaba en plena forma. Azcona sin ir más lejos.

Un gran post que debe hacer reflexionar a toda la industria audiovisual.

Anónimo dijo...

Me parece que la fiebre de la juventud es bastante absurda. Creo que deberían primar los méritos y la experiencia, y que ya puestos a dar oportunidades, dada la situación, deberían dársela a los veteranos tanto como a los jóvenes. Un besote, Miss.

Agata dijo...

Bueno...Los o las "maduritas" de ahora fueron los jóvenes de antes.Y si han llegado hasta su edad trabajando en ese medio es porque valen mucho.Los jóvenes deben trabajar también,hombre.Ya se caeran y volverán a levantarse.Que nadie es perfecto.Aquí debe haber sitio para todos los que son buenos,ya tengan 25 ó 50.Para trabajar con la imaginación no debería haber límites en la edad.Sólo ser capaces de lograr que disfrutemos.De eso se trata¿no?

Anónimo dijo...

Yo creo que todos los prejubilados tenían que montar una serie para Internet y darle en los morros al dichoso Ente (y al ERE).

Tratar la creatividad, las ideas, la experiencia y los méritos con un baremo inflexible, como el que va a comprar patatas a la verdulería, es de imbéciles.

Anónimo dijo...

La edad debería quedar siempre al margen de la ecuación (imposible, el dinero manda).

A la vista está que ni la juventud garantiza originalidad y frescura ni la edad aporta nada por sí sola. De la experiencia se puede aprender bien, no aprender en absoluto o, en el peor de los casos, sacar una lección equivocada.

Anónimo dijo...

Para ser una media de 50, si hay alguno de veintitantos se necesita otro de setentaytantos. :)

Por lo demás, completamente de acuerdo. Mi sospecha (para lo del talento y para el resto de la actividad económica) es que un aguerrido ejecutivo de master (de administración de empresas) está más cómodo con alguien de veintitantos/treintaytantos porque uno de cincuentaytantos puede demostrar que no tiene ni puñetera idea y hasta ahí podíamos llegar.

Anónimo dijo...

Hola Miss Julie,

Saludos y enhorabuena por el blog. Para mí está muy claro: los jóvenes costamos dos duros. Hace falta trabajar con gente con más experiencia que tú. Se puede aprender mucho observando el trabajo de gente que sabe más que tú, aunque a veces la edad no sea un grado.