El día que murió Kurt Cobain
Fue el 5 de abril de 1994. Como Joplin, Morrison y Hendrix -cuya tumba también está en Seattle- Kurt Cobain vivió rápido, murió joven, pero no dejó un bonito cadáver. Según la policía, puso en su boca una escopeta y apretó el gatillo. Junto a su cuerpo encontraron esta nota de suicidio escrita en tinta roja.
Y todo Seattle se hizo eco de su muerte. Velas encendidas en los porches y ventanas de las casas, los barcos, los yates y hasta los ferrys de los lagos Washington, Union y Green que rodean la ciudad llevaban farolillos y velas en memoria del cantante de Nirvana.
Los "garitos" del downtown y Capitol Hill -el barrio más chic donde viven los artistas y los fashions gays- con locales de música en directo, los "garajes" y cervecerías del distrito universitario, las Fraternidades con nombres de alfabeto griego..., en fin, en todas partes sólo se escuchaban temas de NIRVANA y Cobain. Jóvenes grunges y no tan jóvenes lloraban a moco tendido en los parques mientras cogidos de la mano cantaban las canciones del grupo. También escuché a más de uno lanzar maldiciones contra ella, la mala de la película, la YOKO ONO que "manejaba" al pobre Kurt y a la que -hoy todavía- algunos culpan de su suicidio: Señoras y señores ¡Coutney Love!.
No soy fan de Nirvana, ni de Pearl Jam, ni de la música de este tipo pero he de reconocer que agarrada a alguna de aquellas manos, con la música rodeándome, el olor de la cera, y la tristeza que a cualquiera le produce otra muerte inútil, yo también lloré.
Aunque no tanto como los que paguen la entrada para ver "Last Days", la peli de Van Sant sobre la muerte de Cobain. Van Sant dijo en Cannes que Courtney Love no debería ver la película pero, según parece, deberíamos abstenernos unos cuantos más. Lo siento Ángela.
Aquí os dejo una parte de un reportaje en el que es el propio Cobain el que nos habla de su atormentada vida.