29 enero, 2008

"El guión es la partitura...

...lo demás es música". Así empieza la columna de GONZALO SUÁREZ publicada en "El País", edición internacional, que compré en el aeropuerto de Buenos Aires el día que me venía para acá y que titulaba "EL GUIONISTA DESCALZO".

Gonzalo Suárez, guionista a su vez, director de cine, escritor de novelas y ensayos, osea autor sin más qué sabe muy bien de lo que habla, dice cosas como ésta: "...los guionistas son los grandes desconocidos del público y de muchos críticos que, frecuentemente, atribuyen la exclusiva autoría de la película al director". "La proverbial invisibilidad de los guionistas trae consigo otra nefasta consecuencia: suelen estar mezquinamente pagados. Van descalzos y nunca besan a la chica. O al chico. Pero asumen una responsabilidad básica y esencial en el éxito o fracaso de la producción, a pesar de que su tarea está torpedeada por sesudas, o no tan sesudas, opiniones ajenas que pretenden erigirse en designios divinos, o no tan divinos, cuando se trata de augurar el resultado comercial de un proyecto". Dice otras muchas cosas más y pone ejemplos muy claros que ilustran perfectamente nuestra situación.

En realidad dice lo que muchas veces nos habéis oído decir a nosotros en los blogs (ver Pianista, Guionista Hastiado, Dani Chamberí, Ángela, Escrito Por y otros) pero mucho mejor escrito y, desde luego, con la credibilidad de un autor qué ha conocido el éxito y el fracaso justificado y no justificado, y que tiene en su haber uno de los guiones más interesantes y mejores de nuestro cine: "REMANDO AL VIENTO".

El guión está publicado por PLOT y os recomiendo ver la película con él en la mano ya que están marcados los fragmentos que no se rodaron o se suprimieron en la versión final, con notas del propio autor.

Aquí os dejo la columna completa escaneada, si queréis leerla haced click con el puntero sobre ella y si lo he hecho bien se mostrará en todo su esplendor. Buen provecho.

25 enero, 2008

APOLLO


22 enero, 2008

¡ENCUESTADA!

Pues sí, recién llegada de allende los mares y con el jet-lag encaramado aún a mis sufridos hombros, recibo la llamada telefónica de una joven que se dirige a mí por mi nombre y apellidos y tras identificarse como encuestadora de la FUNDACIÓN AUTOR (SGAE)/CIMEC comienza a plantearme un "breve" cuestionario sobre la situación de la CULTURA, así con mayúsculas, en éste nuestro país llamado España.

Creo que no tengo el perfil del buen encuestado porque, aunque si bien es cierto que tengo una opinión sobre muchas cosas, de lo que carezco es de la certeza, sobre todo de esa CERTEZA ABSOLUTA que se necesita para responder con un tajante SÍ o No a la mayoría de las preguntas o para valorar algo como malo, bueno o excelente, sin más. Y si encima sobre lo que hay qué decidir, valorar, cuantificar, medir y pesar con valores absolutos es algo tan relativo como la cultura hay preguntas en las que no queda más que el anodino no sabe/no contesta, que por otra parte no refleja en absoluto mi opinión o punto de vista. SÉ y CONTESTO pero no puedo hacerlo cuando hay un campo de respuesta tan limitado.

  • ¿Qué importancia le da la sociedad española a la cultura: Mucha, poca o ninguna? (Ésta la pongo para que reflexioneis sobre ello).
  • ¿Está de acuerdo con qué se apoye a los jóvenes y nuevos valores? Pues depende qué jóvenes, qué nuevos y sobre todo bajo qué baremos se determinan su valor o aportación a la cultura.
  • ¿Está a favor de qué haya leyes que tal, y tal, y tal? Pues sí, pero si nos limitamos a legislar y luego no se ponen los medios para que esas leyes se cumplan pues quizás no tanto.
  • ¿Y el canon digital? ¿Y esto, lo otro, Maroto y el de la moto?

En fin, que después de un "breve" cuestionario de unos 20 minutos tratando de contestar lo más veraz y ajustadamente posible dentro de lo que permitían las escuetas respuestas llega el deseado momento en el que la amable joven dice eso de "Y ya para terminar..." y me lanza la siguiente pregunta: "¿Me podrías decir si vives de tus ingresos como artista?"... (El tuteo ya era lógico y de agradecer después de tanta intimidad)

-"Esto, bueno, es cierto que -modestia aparte- valoro bastante mi trabajo como profesional pero de ahí a considerarme una artista... En fin, yo diría que sí, hasta el momento vivo exclusivamente de mis ingresos como digamos... autora".

Y la amable joven insiste: "Entonces, ¿no consideras que la creación musical es arte?".

-"¿Perdón?".

-Sí, tú te dedicas a la música ¿no?...

¡Ploff! (Onomatopeya de desmayo)

Sí, señoras y señores, niños y niñas, en la FUNDACIÓN AUTOR- SGAE una servidora está en el listado de músicos y demás artistas. Sí, claro es un error, un error no de transcripción ya que los listados con los nombres, apellidos, teléfonos y demás los pasa la SGAE a la empresa encargada de la encuesta, CIMEC, sino de vaya usted a saber de quién y qué, cómo, y lo peor, desde cuándo, una servidora que pertenece al maltratado gremio del guión y que debía estar bajo el epígrafe de AUDIOVISUAL al menos, figura como artista musical. ¿Qué valor puede tener mi testimonio si, aunque sean las mismas preguntas, no contesta igual un coreógrafo, un dramaturgo o un guionista ya que tenemos problemáticas muy diversas? ¿Cuántos más andan por ahí mezclados y qué pasa con los derechos de autor de unos u otros?

La amable joven ha prometido cambiar el epígrafe e incluirme como autora, pero me consta que este tipo de trabajos se distribuye por campos, que a ella "le han tocado" los músicos -valga la expresión- y es muy probable que mis respuestas se incluyan entre las de Ramoncín y un amigo tenor que trabaja en un restaurante y sirve los platos mientras canta un aria, de Rossini probablemente, relacionada con la comida en cuestión.

Ya que ha salido a relucir Rossini, os dejo con THE KING'S SINGERS y una muy peculiar y divertida versión "a capella" de la Obertura del "Barbero de Sevilla".

11 enero, 2008

ARRIBA Y ABAJO

Aunque he ido avisando por activa, pasiva y reflexiva -o sea con todo el autobombo de que una es capaz- mi venida al cono sur, desde donde os escribo en estos instantes, siempre hay alguien que se me queja: "Pero vaaa, Miss Julie, no seás pendeja, abandoná la fiaca y daaale, daale a la compu y contá alguna cosilla" (Lo he escrito en puro bonaerense para que veáis mi madera de políglota y la capacidad de adaptación al medio que tiene una en cuantito pone la patita en otro sitio. Vamos para seguir tirándome el rollo que en realidad es lo que me gusta).

Y aquí estoy en Buenos Aires, disfrutando del calor (sí vale soy así de rara, disfruto con el calor, tengo el termostato corporal absolutamente preparado para ello) disfrutando de los 41° con los que nos obsequió el otro día la Sra. Kirchner -aquí de todo tiene la culpa el Gobierno, qué lo sepáis- y "bancándomelos" con toda tranquilidad mientras los naturales de acá no hacían más que quejarse (otra de las características de los bonaerenses -no todos los argentinos-, lo de la queja digo) pero claro es que a unas cuantas paradas de tren del lugar donde me alojo está TIGRE, y allí el Delta, que no sé si se escribe realmente con mayúscula pero es que a mí después de verlo no me sale escribirlo de otra manera.


Vamos que aquí en vez de ir a pasar la calorina a la Casa de Campo o al Retiro -en el caso de Madrid- o a la Malvarrosa en Valencia, por ejemplo, te agarras el tren (ya sabéis que aquí se agarra en público y se "coge" en privado) y en un pis pas -que es algo así como 35 minutos más o menos- te plantas en un lugar como el que veis en la fotografía, que es ni más ni menos que el Delta del Paraná.

¿No creéis que tienen todo el derecho del mundo para tener el EGO, SUPER EGO y METAEGO -si es que eso existe- como se les cante...?

Y por cierto, ¿alguien sabe quién nos hizo creer ese cuento de que el Norte es arriba y el Sur es abajo?